 Los Hermanos Musulmanes fueron fundados en Egipto en la segunda década del Siglo XX. Se considera a los Hermanos como el primer movimiento fundamentalista surgido en la era moderna y ha conseguido expandirse por toda la región. Su fundador fue un profesor que, en 1928, organizó a una serie de simpatizantes en la localidad de Ismailía.
Podemos decir que esta creación obedecía a una doble intención: política y espiritual. Políticamente, al-Banna se oponía a la presencia británica en su país, afirmando que sólo desde el Islam podía acabarse con la ocupación. De esta forma, defendía la vuelta al califato, que había caído hacía poco junto con el último Sultán de Turquía, depuesto por la revolución, de tintes laicos, en ese país. Podemos decir que, en contraste con el panarabismo que nacería también en Egipto, al-Banna era pan-islamista. Esto es, pretendía una unidad entre los países musulmanes basada en la religión.
En cuanto a la faceta más espiritual, aunque luego entraremos más en detalle en su ideología, si podemos afirmar que era partidario de que el Islam estuviera presente en todas las facetas de la vida y que no se limitara simplemente a quedarse en el ámbito privado.
En un principio, el movimiento fue difundido en las mezquitas por alumnos suyos y la hermandad pronto se extendió por toda la zona. Hábilmente se dedicaron a crear una serie de servicios sociales en ámbitos que el Estado tenía poco cubiertos, como hospitales para gentes sin recursos, programas de alfabetización y otros proyectos sociales que hicieran más fácil la vida a los más desfavorecidos. Ni que decir tiene, que esto les hizo ganar pronto popularidad y atraer más seguidores.
A partir de 1936, fecha del tratado anglo-egipcio, los Hermanos Musulmanes aprovecharon las pretensiones británicas de crear el Estado de Israel, para atribuirse la defensa de la causa palestina. Esto supuso que el movimiento se expandiera por todo el Medio Oriente y que su popularidad continuara aumentando.
Igualmente al-Banna continuó luchando contra la ocupación británica. De hecho, estuvo encarcelado, ya en 1941, por la propaganda que realizaba en su contra. Incluso se apunta que el Movimiento de “Oficiales Libres”, que más tarde asumiría la dirección del país tras marcharse los británicos, estuvieron en conversaciones con la Hermandad, aunque no llegó a existir ningún acuerdo firme.
Es en esas fechas cuando se empieza a asociar a los Hermanos Musulmanes con la violencia, ya que se les acusa de estar preparando una especie de ejercito secreto para llegar al poder. Lo que si es cierto es que su influencia no paraba de crecer mediante sus programas educativos y sociales, lo que causaba preocupación en los partidos políticos que existían allí. La izquierda egipcia los llegó a acusar de enfrentarse más a ellos que a los propios británicos.
La derrota árabe en la Guerra de Palestina en el 48, en la que participaron militantes de los Hermanos Musulmanes, trajo consigo un efecto colateral que preocupó aún más al gobierno egipcio: numeroso veteranos del conflicto, simpatizantes de la Hermandad, volvieron a Egipto armados y entrenados para la guerra. Esto llevó a que el gobierno los ilegalizara, algo que se repetiría muchas otras veces. A esto, se unió el asesinato de su fundador, al-Banna, en 1949, cuya muerte no llegó a investigarse siquiera.
Ya con un nuevo dirigente pudieron volver a la legalidad en 1951, con la prohibición expresa de toda actividad militar. La realidad es que no cesaron de realizar pequeños ataques a las tropas británicas en la zona del Canal de Suez.
No es de extrañar por lo tanto que, cuando los “Oficiales Libres” toman el poder en 1953, en un principio cuenten con los Hermanos Musulmanes como aliados. De esta forma, cuando se ilegalizan los partidos políticos, permiten a la Hermandad que obtenga un estatus privilegiado como “asociación no política”.
Esta colaboración, no obstante, duró poco: la vertiente más fundamentalista de los Hermanos Musulmanes, de la que era responsable su nuevo dirigente, abogó por una radicalización de las acciones y exigió al nuevo gobierno que les permitiera realizar una labor de control sobre la “pureza” religiosa de sus leyes, a lo que, obviamente, el gobierno se negó. Es entonces cuando los Hermanos empiezan a enfrentarse a los dirigentes de su país, que deciden volver a ilegalizarlos en 1954, deteniendo a todos los líderes, aunque por poco tiempo.
El nuevo tratado entre británicos y egipcios firmado en 1954 proporcionó una nueva excusa a los Hermanos para enfrentarse al gobierno. Para ellos, el tratado era demasiado desfavorable para su país, negando cualquier negociación con Gran Bretaña. Nasser sufre un atentado, que se atribuye a la Hermandad, del que sale ileso por poco y esto hace que más de mil militantes sean apresados y juzgados.
A pesar de este golpe y de que algunos de los miembros más moderados del movimiento se alían con Nasser, lo cierto es que los Hermanos siguen desarrollando sus actividades de manera clandestina. En 1956 se vuelve a descubrir un intento de golpe contra el gobierno, lo que conlleva nuevas detenciones.
Desde entonces, los Hermanos han pasado por etapas donde han estado más o menos visibles, pero su presencia nunca ha dejado de notarse. Igualmente han pasado por momentos donde imperaba la radicalidad a otros más moderados.
A partir de la década de los 80, los hermanos Musulmanes sufren escisiones que hacen que las ramas más radicales la abandones, como al-Gama’a al-Islamiyya o Yihad Islámica, que comienzan a luchar mediante atentados contra el Gobierno.
Esto no es óbice para que la Hermandad continúe sus actividades, atrayendo cada vez más simpatizantes. De hecho, en los 90, a pesar de seguir prohibidos, su ideología se vuelve más abierta y esto lleva a que Mubarak, debido a presiones externas que le obligan a una cierta reforma democrática, acepta que se presenten a las elecciones, aunque como independiente, no como partido.
El caso es que su éxito es absoluto y solo la no existencia de elecciones libres hace que no gobiernen el país en la actualidad.
Su secreto, al igual que el de otros movimientos más o menos radicales como Hamas, es que continúan el trabajo social entre sectores desatendidos por el Gobierno. Esto les ha dado una fuerza difícil de cuantificar.
 Los Hermanos Musulmanes fueron fundados en Egipto en la segunda década del Siglo XX. Se considera a los Hermanos como el primer movimiento fundamentalista surgido en la era moderna y ha conseguido expandirse por toda la región. Su fundador fue un profesor que, en 1928, organizó a una serie de simpatizantes en la localidad de Ismailía.
Podemos decir que esta creación obedecía a una doble intención: política y espiritual. Políticamente, al-Banna se oponía a la presencia británica en su país, afirmando que sólo desde el Islam podía acabarse con la ocupación. De esta forma, defendía la vuelta al califato, que había caído hacía poco junto con el último Sultán de Turquía, depuesto por la revolución, de tintes laicos, en ese país. Podemos decir que, en contraste con el panarabismo que nacería también en Egipto, al-Banna era pan-islamista. Esto es, pretendía una unidad entre los países musulmanes basada en la religión.
En cuanto a la faceta más espiritual, aunque luego entraremos más en detalle en su ideología, si podemos afirmar que era partidario de que el Islam estuviera presente en todas las facetas de la vida y que no se limitara simplemente a quedarse en el ámbito privado.
En un principio, el movimiento fue difundido en las mezquitas por alumnos suyos y la hermandad pronto se extendió por toda la zona. Hábilmente se dedicaron a crear una serie de servicios sociales en ámbitos que el Estado tenía poco cubiertos, como hospitales para gentes sin recursos, programas de alfabetización y otros proyectos sociales que hicieran más fácil la vida a los más desfavorecidos. Ni que decir tiene, que esto les hizo ganar pronto popularidad y atraer más seguidores.
A partir de 1936, fecha del tratado anglo-egipcio, los Hermanos Musulmanes aprovecharon las pretensiones británicas de crear el Estado de Israel, para atribuirse la defensa de la causa palestina. Esto supuso que el movimiento se expandiera por todo el Medio Oriente y que su popularidad continuara aumentando.
Igualmente al-Banna continuó luchando contra la ocupación británica. De hecho, estuvo encarcelado, ya en 1941, por la propaganda que realizaba en su contra. Incluso se apunta que el Movimiento de “Oficiales Libres”, que más tarde asumiría la dirección del país tras marcharse los británicos, estuvieron en conversaciones con la Hermandad, aunque no llegó a existir ningún acuerdo firme.
Es en esas fechas cuando se empieza a asociar a los Hermanos Musulmanes con la violencia, ya que se les acusa de estar preparando una especie de ejercito secreto para llegar al poder. Lo que si es cierto es que su influencia no paraba de crecer mediante sus programas educativos y sociales, lo que causaba preocupación en los partidos políticos que existían allí. La izquierda egipcia los llegó a acusar de enfrentarse más a ellos que a los propios británicos.
La derrota árabe en la Guerra de Palestina en el 48, en la que participaron militantes de los Hermanos Musulmanes, trajo consigo un efecto colateral que preocupó aún más al gobierno egipcio: numeroso veteranos del conflicto, simpatizantes de la Hermandad, volvieron a Egipto armados y entrenados para la guerra. Esto llevó a que el gobierno los ilegalizara, algo que se repetiría muchas otras veces. A esto, se unió el asesinato de su fundador, al-Banna, en 1949, cuya muerte no llegó a investigarse siquiera.
Ya con un nuevo dirigente pudieron volver a la legalidad en 1951, con la prohibición expresa de toda actividad militar. La realidad es que no cesaron de realizar pequeños ataques a las tropas británicas en la zona del Canal de Suez.
No es de extrañar por lo tanto que, cuando los “Oficiales Libres” toman el poder en 1953, en un principio cuenten con los Hermanos Musulmanes como aliados. De esta forma, cuando se ilegalizan los partidos políticos, permiten a la Hermandad que obtenga un estatus privilegiado como “asociación no política”.
Esta colaboración, no obstante, duró poco: la vertiente más fundamentalista de los Hermanos Musulmanes, de la que era responsable su nuevo dirigente, abogó por una radicalización de las acciones y exigió al nuevo gobierno que les permitiera realizar una labor de control sobre la “pureza” religiosa de sus leyes, a lo que, obviamente, el gobierno se negó. Es entonces cuando los Hermanos empiezan a enfrentarse a los dirigentes de su país, que deciden volver a ilegalizarlos en 1954, deteniendo a todos los líderes, aunque por poco tiempo.
El nuevo tratado entre británicos y egipcios firmado en 1954 proporcionó una nueva excusa a los Hermanos para enfrentarse al gobierno. Para ellos, el tratado era demasiado desfavorable para su país, negando cualquier negociación con Gran Bretaña. Nasser sufre un atentado, que se atribuye a la Hermandad, del que sale ileso por poco y esto hace que más de mil militantes sean apresados y juzgados.
A pesar de este golpe y de que algunos de los miembros más moderados del movimiento se alían con Nasser, lo cierto es que los Hermanos siguen desarrollando sus actividades de manera clandestina. En 1956 se vuelve a descubrir un intento de golpe contra el gobierno, lo que conlleva nuevas detenciones.
Desde entonces, los Hermanos han pasado por etapas donde han estado más o menos visibles, pero su presencia nunca ha dejado de notarse. Igualmente han pasado por momentos donde imperaba la radicalidad a otros más moderados.
A partir de la década de los 80, los hermanos Musulmanes sufren escisiones que hacen que las ramas más radicales la abandones, como al-Gama’a al-Islamiyya o Yihad Islámica, que comienzan a luchar mediante atentados contra el Gobierno.
Esto no es óbice para que la Hermandad continúe sus actividades, atrayendo cada vez más simpatizantes. De hecho, en los 90, a pesar de seguir prohibidos, su ideología se vuelve más abierta y esto lleva a que Mubarak, debido a presiones externas que le obligan a una cierta reforma democrática, acepta que se presenten a las elecciones, aunque como independiente, no como partido.
El caso es que su éxito es absoluto y solo la no existencia de elecciones libres hace que no gobiernen el país en la actualidad.
Su secreto, al igual que el de otros movimientos más o menos radicales como Hamas, es que continúan el trabajo social entre sectores desatendidos por el Gobierno. Esto les ha dado una fuerza difícil de cuantificar. 25/10/08
Movimientos Islamistas en España. Los Hermanos Musulmanes. la historia.
 Los Hermanos Musulmanes fueron fundados en Egipto en la segunda década del Siglo XX. Se considera a los Hermanos como el primer movimiento fundamentalista surgido en la era moderna y ha conseguido expandirse por toda la región. Su fundador fue un profesor que, en 1928, organizó a una serie de simpatizantes en la localidad de Ismailía.
Podemos decir que esta creación obedecía a una doble intención: política y espiritual. Políticamente, al-Banna se oponía a la presencia británica en su país, afirmando que sólo desde el Islam podía acabarse con la ocupación. De esta forma, defendía la vuelta al califato, que había caído hacía poco junto con el último Sultán de Turquía, depuesto por la revolución, de tintes laicos, en ese país. Podemos decir que, en contraste con el panarabismo que nacería también en Egipto, al-Banna era pan-islamista. Esto es, pretendía una unidad entre los países musulmanes basada en la religión.
En cuanto a la faceta más espiritual, aunque luego entraremos más en detalle en su ideología, si podemos afirmar que era partidario de que el Islam estuviera presente en todas las facetas de la vida y que no se limitara simplemente a quedarse en el ámbito privado.
En un principio, el movimiento fue difundido en las mezquitas por alumnos suyos y la hermandad pronto se extendió por toda la zona. Hábilmente se dedicaron a crear una serie de servicios sociales en ámbitos que el Estado tenía poco cubiertos, como hospitales para gentes sin recursos, programas de alfabetización y otros proyectos sociales que hicieran más fácil la vida a los más desfavorecidos. Ni que decir tiene, que esto les hizo ganar pronto popularidad y atraer más seguidores.
A partir de 1936, fecha del tratado anglo-egipcio, los Hermanos Musulmanes aprovecharon las pretensiones británicas de crear el Estado de Israel, para atribuirse la defensa de la causa palestina. Esto supuso que el movimiento se expandiera por todo el Medio Oriente y que su popularidad continuara aumentando.
Igualmente al-Banna continuó luchando contra la ocupación británica. De hecho, estuvo encarcelado, ya en 1941, por la propaganda que realizaba en su contra. Incluso se apunta que el Movimiento de “Oficiales Libres”, que más tarde asumiría la dirección del país tras marcharse los británicos, estuvieron en conversaciones con la Hermandad, aunque no llegó a existir ningún acuerdo firme.
Es en esas fechas cuando se empieza a asociar a los Hermanos Musulmanes con la violencia, ya que se les acusa de estar preparando una especie de ejercito secreto para llegar al poder. Lo que si es cierto es que su influencia no paraba de crecer mediante sus programas educativos y sociales, lo que causaba preocupación en los partidos políticos que existían allí. La izquierda egipcia los llegó a acusar de enfrentarse más a ellos que a los propios británicos.
La derrota árabe en la Guerra de Palestina en el 48, en la que participaron militantes de los Hermanos Musulmanes, trajo consigo un efecto colateral que preocupó aún más al gobierno egipcio: numeroso veteranos del conflicto, simpatizantes de la Hermandad, volvieron a Egipto armados y entrenados para la guerra. Esto llevó a que el gobierno los ilegalizara, algo que se repetiría muchas otras veces. A esto, se unió el asesinato de su fundador, al-Banna, en 1949, cuya muerte no llegó a investigarse siquiera.
Ya con un nuevo dirigente pudieron volver a la legalidad en 1951, con la prohibición expresa de toda actividad militar. La realidad es que no cesaron de realizar pequeños ataques a las tropas británicas en la zona del Canal de Suez.
No es de extrañar por lo tanto que, cuando los “Oficiales Libres” toman el poder en 1953, en un principio cuenten con los Hermanos Musulmanes como aliados. De esta forma, cuando se ilegalizan los partidos políticos, permiten a la Hermandad que obtenga un estatus privilegiado como “asociación no política”.
Esta colaboración, no obstante, duró poco: la vertiente más fundamentalista de los Hermanos Musulmanes, de la que era responsable su nuevo dirigente, abogó por una radicalización de las acciones y exigió al nuevo gobierno que les permitiera realizar una labor de control sobre la “pureza” religiosa de sus leyes, a lo que, obviamente, el gobierno se negó. Es entonces cuando los Hermanos empiezan a enfrentarse a los dirigentes de su país, que deciden volver a ilegalizarlos en 1954, deteniendo a todos los líderes, aunque por poco tiempo.
El nuevo tratado entre británicos y egipcios firmado en 1954 proporcionó una nueva excusa a los Hermanos para enfrentarse al gobierno. Para ellos, el tratado era demasiado desfavorable para su país, negando cualquier negociación con Gran Bretaña. Nasser sufre un atentado, que se atribuye a la Hermandad, del que sale ileso por poco y esto hace que más de mil militantes sean apresados y juzgados.
A pesar de este golpe y de que algunos de los miembros más moderados del movimiento se alían con Nasser, lo cierto es que los Hermanos siguen desarrollando sus actividades de manera clandestina. En 1956 se vuelve a descubrir un intento de golpe contra el gobierno, lo que conlleva nuevas detenciones.
Desde entonces, los Hermanos han pasado por etapas donde han estado más o menos visibles, pero su presencia nunca ha dejado de notarse. Igualmente han pasado por momentos donde imperaba la radicalidad a otros más moderados.
A partir de la década de los 80, los hermanos Musulmanes sufren escisiones que hacen que las ramas más radicales la abandones, como al-Gama’a al-Islamiyya o Yihad Islámica, que comienzan a luchar mediante atentados contra el Gobierno.
Esto no es óbice para que la Hermandad continúe sus actividades, atrayendo cada vez más simpatizantes. De hecho, en los 90, a pesar de seguir prohibidos, su ideología se vuelve más abierta y esto lleva a que Mubarak, debido a presiones externas que le obligan a una cierta reforma democrática, acepta que se presenten a las elecciones, aunque como independiente, no como partido.
El caso es que su éxito es absoluto y solo la no existencia de elecciones libres hace que no gobiernen el país en la actualidad.
Su secreto, al igual que el de otros movimientos más o menos radicales como Hamas, es que continúan el trabajo social entre sectores desatendidos por el Gobierno. Esto les ha dado una fuerza difícil de cuantificar.
 Los Hermanos Musulmanes fueron fundados en Egipto en la segunda década del Siglo XX. Se considera a los Hermanos como el primer movimiento fundamentalista surgido en la era moderna y ha conseguido expandirse por toda la región. Su fundador fue un profesor que, en 1928, organizó a una serie de simpatizantes en la localidad de Ismailía.
Podemos decir que esta creación obedecía a una doble intención: política y espiritual. Políticamente, al-Banna se oponía a la presencia británica en su país, afirmando que sólo desde el Islam podía acabarse con la ocupación. De esta forma, defendía la vuelta al califato, que había caído hacía poco junto con el último Sultán de Turquía, depuesto por la revolución, de tintes laicos, en ese país. Podemos decir que, en contraste con el panarabismo que nacería también en Egipto, al-Banna era pan-islamista. Esto es, pretendía una unidad entre los países musulmanes basada en la religión.
En cuanto a la faceta más espiritual, aunque luego entraremos más en detalle en su ideología, si podemos afirmar que era partidario de que el Islam estuviera presente en todas las facetas de la vida y que no se limitara simplemente a quedarse en el ámbito privado.
En un principio, el movimiento fue difundido en las mezquitas por alumnos suyos y la hermandad pronto se extendió por toda la zona. Hábilmente se dedicaron a crear una serie de servicios sociales en ámbitos que el Estado tenía poco cubiertos, como hospitales para gentes sin recursos, programas de alfabetización y otros proyectos sociales que hicieran más fácil la vida a los más desfavorecidos. Ni que decir tiene, que esto les hizo ganar pronto popularidad y atraer más seguidores.
A partir de 1936, fecha del tratado anglo-egipcio, los Hermanos Musulmanes aprovecharon las pretensiones británicas de crear el Estado de Israel, para atribuirse la defensa de la causa palestina. Esto supuso que el movimiento se expandiera por todo el Medio Oriente y que su popularidad continuara aumentando.
Igualmente al-Banna continuó luchando contra la ocupación británica. De hecho, estuvo encarcelado, ya en 1941, por la propaganda que realizaba en su contra. Incluso se apunta que el Movimiento de “Oficiales Libres”, que más tarde asumiría la dirección del país tras marcharse los británicos, estuvieron en conversaciones con la Hermandad, aunque no llegó a existir ningún acuerdo firme.
Es en esas fechas cuando se empieza a asociar a los Hermanos Musulmanes con la violencia, ya que se les acusa de estar preparando una especie de ejercito secreto para llegar al poder. Lo que si es cierto es que su influencia no paraba de crecer mediante sus programas educativos y sociales, lo que causaba preocupación en los partidos políticos que existían allí. La izquierda egipcia los llegó a acusar de enfrentarse más a ellos que a los propios británicos.
La derrota árabe en la Guerra de Palestina en el 48, en la que participaron militantes de los Hermanos Musulmanes, trajo consigo un efecto colateral que preocupó aún más al gobierno egipcio: numeroso veteranos del conflicto, simpatizantes de la Hermandad, volvieron a Egipto armados y entrenados para la guerra. Esto llevó a que el gobierno los ilegalizara, algo que se repetiría muchas otras veces. A esto, se unió el asesinato de su fundador, al-Banna, en 1949, cuya muerte no llegó a investigarse siquiera.
Ya con un nuevo dirigente pudieron volver a la legalidad en 1951, con la prohibición expresa de toda actividad militar. La realidad es que no cesaron de realizar pequeños ataques a las tropas británicas en la zona del Canal de Suez.
No es de extrañar por lo tanto que, cuando los “Oficiales Libres” toman el poder en 1953, en un principio cuenten con los Hermanos Musulmanes como aliados. De esta forma, cuando se ilegalizan los partidos políticos, permiten a la Hermandad que obtenga un estatus privilegiado como “asociación no política”.
Esta colaboración, no obstante, duró poco: la vertiente más fundamentalista de los Hermanos Musulmanes, de la que era responsable su nuevo dirigente, abogó por una radicalización de las acciones y exigió al nuevo gobierno que les permitiera realizar una labor de control sobre la “pureza” religiosa de sus leyes, a lo que, obviamente, el gobierno se negó. Es entonces cuando los Hermanos empiezan a enfrentarse a los dirigentes de su país, que deciden volver a ilegalizarlos en 1954, deteniendo a todos los líderes, aunque por poco tiempo.
El nuevo tratado entre británicos y egipcios firmado en 1954 proporcionó una nueva excusa a los Hermanos para enfrentarse al gobierno. Para ellos, el tratado era demasiado desfavorable para su país, negando cualquier negociación con Gran Bretaña. Nasser sufre un atentado, que se atribuye a la Hermandad, del que sale ileso por poco y esto hace que más de mil militantes sean apresados y juzgados.
A pesar de este golpe y de que algunos de los miembros más moderados del movimiento se alían con Nasser, lo cierto es que los Hermanos siguen desarrollando sus actividades de manera clandestina. En 1956 se vuelve a descubrir un intento de golpe contra el gobierno, lo que conlleva nuevas detenciones.
Desde entonces, los Hermanos han pasado por etapas donde han estado más o menos visibles, pero su presencia nunca ha dejado de notarse. Igualmente han pasado por momentos donde imperaba la radicalidad a otros más moderados.
A partir de la década de los 80, los hermanos Musulmanes sufren escisiones que hacen que las ramas más radicales la abandones, como al-Gama’a al-Islamiyya o Yihad Islámica, que comienzan a luchar mediante atentados contra el Gobierno.
Esto no es óbice para que la Hermandad continúe sus actividades, atrayendo cada vez más simpatizantes. De hecho, en los 90, a pesar de seguir prohibidos, su ideología se vuelve más abierta y esto lleva a que Mubarak, debido a presiones externas que le obligan a una cierta reforma democrática, acepta que se presenten a las elecciones, aunque como independiente, no como partido.
El caso es que su éxito es absoluto y solo la no existencia de elecciones libres hace que no gobiernen el país en la actualidad.
Su secreto, al igual que el de otros movimientos más o menos radicales como Hamas, es que continúan el trabajo social entre sectores desatendidos por el Gobierno. Esto les ha dado una fuerza difícil de cuantificar. 16/10/08
Movimientos Islamistas en España. 1° parte
Para poder analizar correctamente los distintos movimientos Islamistas con presencia en España, es necesario actualizar conceptualmente el término "Islamista". 
El término "Islamismo" debe ser entendido como sinónimo de activismo Islámico, es decir, la afirmación y la promoción activa de creencias, prescripciones, leyes y políticas de carácter Islámico. Desde esta perspectiva, cabe destacar la existencia de tres grandes corrientes o "escuelas" que tienen en común fundar su activismo sobre las tradiciones y enseñanzas del Islam. Se trata de movimientos y organizaciones que comparten principios religiosos y referencias textuales, aunque no objetivos ni comportamientos. Parten de diagnósticos distintos sobre la situación de la sociedad musulmana y ofrecen también soluciones distintas.
La primera corriente puede ser calificada de revolucion pacifica, fundada por el jeque de la corriente chii, la segunda de estas corrientes es la de saed (señor) Qutb, revolucion total o la ultima de estas corrientes que se denomina Islamismo político. en la medida que incluye a los movimientos que dan prioridad a la acción política, que buscan el poder a través de la participación en las instituciones y que -rasgo característico- se constituyen en partidos políticos. Este tipo de movimientos suele dar prioridad en Europa al proselitismo religioso, aunque también promueve la participación de las comunidades musulmanas en la vida política y social europea. esta "escuela" o corriente es los Hermanos Musulmanes.
13/10/08
Sobre Mohamed V.
Mohamed V tiene una gran facilidad para indignarse y mostrarse como un niño caprichoso, acostumbrado que en su pais actua a su antojo, ya que el pueblo de Marruecos apenas tiene cubiertas las necesidades priamrias, lo que no le permite ni medios ni tiempo para saber en que anda su Rey, pero cada vez más marroquies,que a pesar de estar lejos, estan ahi, en su tierra.
decimos ¡basta!, para que quiere Melilla y Ceuta si no puede mantener ni sacar adelante el territorio que tiene? tiene que demostrar no con placas ni homenajes)que hace algo por y para los intereses del pueblo, tiene que demostrar que sabe hacer algo más que desfilar por la alfombra rojo o entregar placas o homenajear a personas que no hacen nada para el pueblo.
por otra parte, el señor Navazo nos viene con el "proyecto de emir el muminin" que esta llevando a cabo el monarca, y no sabe, el señor Navazo que el monarca no sabe nada del Islam ni sus asesores, lo que deverdad quiere es un Islam folkloriko, donde el pueblo nosiga como esta. 
12/10/08
Lo que no sabe el señor Navazo de los Tabligh.
Un movimiento islámico implantado en Catalunya es la Yama'at at-Tabligh ad-Dawa (Congregación para la Predicación y el Llamamiento). Fue fundado en 1927 en Nueva Delhi por Maulana Ilyas como movimiento de reforma religiosa, con el objetivo de volver a la espiritualidad de los piadosos antepasados (salaf), reforzar la identidad de los musulmanes en un contexto no musulmán y contrarrestar la influencia de Occidente. 
La idea básica es la reforma de uno mismo como base de la reforma de la sociedad, con el mandato del aprendizaje constante, la devoción y la reislamización de la vida cotidiana. En esto no se diferencia mucho de otros movimientos islamistas, pero sí en su apoliticismo manifiesto.
Hoy es uno de los mayores movimientos islámicos del mundo. Cada año organiza una congregación mundial, el Bishwa Ijtema en Bangladés. Consiste en tres días de plegarias y discursos piadosos y es, junto con el peregrinaje a La Meca, la congregación anual de musulmanes más multitudinaria. En el 2007, afirman, reunieron a tres millones de personas.
El Tabligh fue propagado en Catalunya principalmente desde Marruecos, donde está presente desde los años 70 del pasado siglo. Actualmente controla varias mezquitas importantes, especialmente la mezquita Tariq Ben Ziyad, en Barcelona. Sin ser ni mucho menos mayoritario, tiene un papel muy destacado, pues el presidente del Consejo Islámico Cultural de Catalunya (CICC), Hasán Lahcen Saaou, es el líder del Tabligh en Catalunya, y en el núcleo duro del CICC hay otros imanes del movimiento. Sin olvidar que hablamos de la entidad islámica privilegiada (política y económicamente) por la Generalitat.
Distintos informes de los últimos años han acusado a este movimiento de ser un foco de radicalismo, y en algunos países occidentales está prohibido. Llegados a este punto, hay que decir que la acusación de connivencia con el terrorismo es infundada. La Yama'at at-Tabligh es un movimiento declaradamente apolítico, concentrado en la devoción y la mejora de la conducta. Pese a esto, algunas personas que formaron parte de él han sido inculpados en delitos de terrorismo, como los detenidos en el Raval a comienzos de este año. El problema básico es que se trata de un movimiento abierto, sin un registro de sus miembros. No se puede culpar al Tabligh de lo que hagan determinadas personas que en un momento determinado han participado en sus actividades, aunque es obvio que estas no se hubieran sentido atraídas por él si no existiera un cierto aire de familia.
Para ser objetivos, el Tabligh debe ser juzgado por su propio ideario y actividades. Algo que se hace necesario desde el momento en que su líder es invitado al Parlament como representante de los musulmanes, sin que estos lo hayan elegido. Y es aquí donde se impone la pregunta: ¿su doctrina es positiva para la integración de los musulmanes? La respuesta no puede ser más que negativa en la medida en que se trata de un movimiento que llama a los musulmanes a mantener una identidad islámica diferenciada respecto de la sociedad de acogida.
La entrada en este movimiento lleva muchas veces a separarse de la vida anterior, y a menudo se le acusa de romper familias. Organiza retiros de aprendizaje en la India, Pakistán y Bangladés. Se produce una intensa aculturación y adoctrinamiento en un islam idealizado, pero de hecho muy contaminado por la cultura del subcontinente indio. Una de las cinco obligaciones esenciales del Tabligh es el servicio (jidmat), según el cual todos los miembros de la congregación son iguales y servidores unos de otros. En su forma ideal, las funciones son rotatorias, y el que un día es maestro al siguiente tiene asignada la cocina o la limpieza. Modestia, buenos modales, abnegación... son los valores que trata de fomentar. Las mujeres quedan segregadas, pero pueden formar sus propias yama'at (congregaciones).
Una vez adoctrinados, los iniciados se convierten en captadores de nuevos adeptos. La idea es que todo musulmán puede llamar a los demás a regresar al buen camino. Es lo que podemos llamar "apoderamiento de los ignorantes", y solo los iniciados se convierten en predicadores (esto es lo que significa tabligh). Un buen musulmán no necesita teologías. El mejor tabligh es el más hábil a la hora de ganar adeptos. Se enseñan trucos y métodos para conmover a los hermanos descarriados, hacerles temer el infierno y desear el paraíso.
Con este método de captación, se comprende que su nivel intelectual sea, en general, muy pobre. Se supone que cualquier movimiento tiene sus intelectuales, pero en el Tabligh son difíciles de encontrar. La literatura generada en ocho décadas de proselitismo se reduce a plegarias y llamadas a ser un buen musulmán. El Tabligh es un movimiento piadoso. El análisis de la realidad política o social es inexistente. Pensamiento plano: un buen tabligh es alérgico a lo intelectual. Para él, un hombre de conocimiento es alguien que se comporta respetablemente, que ha memorizado el Corán y que repite "Al-hamdulilâh" (alabado sea Dios) al final de cada frase. Religiosidad en estado puro: ¿por qué complicarse la vida, si con rogar, predicar y ser humildes nos ganamos el paraíso? No tengáis la menor duda: los tabligh son gente honrada.
Abdennur Prado es presidente de la Junta Islámica Catalana.
11/10/08
Jama'a At-Tabligh wa Da'wa: la obsesion del señor Navazo.
     La Yama'a at-Tabligh al-Da'wa (Congregaci6n para la Propagación del Islam), es un grupo Islamico surgido en la India que tiene por finalidad la propagacion de la fe Musulmana, fue fundada por Maulana Ilyas en la India en 1927, y deriva del movimiento revivalista deobandi. 
     Se trata de un movimiento pacifico de reforma de la sociedad Islámica, a la que se considera contaminada por los valores no-Islámicos del secularismo, materialismo, etc. y que se basa en la estricta observancia de la fe musulmana como mecanismo para conseguir la Islamizacion de la sociedad, al igual que la mayoría de los movimientos de reforma musulmanes, justifican su postura alegando un regreso a los principios originales del Islam. 
     En el caso del Tabligh se fijan principalmente en la figura del Profeta Muhammad (ejemplo indiscutible a seguir) y los compañeros de éste (sahaba).
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